1 de Juan 3:1-3 “Mirad cuál amor nos ha dado el Padre, para que seamos llamados hijos de Dios; por esto el mundo no nos conoce, porque no le conoció a él. Amados, ahora somos hijos de Dios, y aún no se ha manifestado lo que hemos de ser; pero sabemos que cuando él se manifieste, seremos semejantes a él, porque le veremos tal como él es. Y todo aquel que tiene esta esperanza en él, se purifica a sí mismo, así como él es puro.”
Quisiera que pensaramos en algunas preguntas que deberíamos hacernos para encontrar cual es nuestra verdadera identidad.
- Como debemo llamarnos? Desde el punto de vista espiritual, algunos dicen que no debemos llamarnos cristianos sino discípulos y otros dicen que ambos deben ser lo mismo.
- Quién soy yo en Cristo? Si no conoces a Cristo posiblemente dirías tu nombre y si seguimos preguntando quien es usted “soy licenciado”…pero esa es su profesión…seguimos preguntando, Quien es usted? Soy hondureño, eso es nacionalidad y al fin nos dice “yo soy una creación de Dios”, es verdad pero no es Hijo de Dios. Pero si le preguntas a una persona que ha aceptado a Jesucristo como su Salvador, te dice “soy Hijo de Dios”, esa es nuestra verdadera identidad.
Pero ser hijo de Dios se requiere aceptar, conocer y tener una relación con Jesucristo como su Salvador personal.